Parece que el neolenguaje avanza, porque la Justicia parece responder cada vez menos a los hechos en sí, y cada vez más a las expresiones elegidas para denominarlos.
Si que dos estudiantes jaqueen un sistema de la Universidad para cambiar sus notas lo llamáramos "gamberrada" merecería una amonestación, tal vez una multa e incluso la expulsión.
Si lo llamáramos "hacking" empezaríamos a invocar demonios varios, y podríamos empezar a considerar la cárcel para los autores, al menos si los daños producidos lo justificaran.
Pero basta considerarlo "conspiración para defraudar" para que los dos estudiantes puedan ser condenados a penas de ¡20 años de cárcel!...
Vamos, que una palabra más en la demanda y este par de infelices acaban en el corredor de la muerte.
Fuente: http://www.kriptopolis.org/conspiracion-para-defraudar
martes, 6 de noviembre de 2007
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